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21 abr 2011


La talla que preside el paso del Cristo de la Luz fue obra del genial tallista local Manuel García Mancera 'Mancerina', que la realizó por encargo de la parroquia del Carmen que pidió un Cristo de tamaño natural en madera, y que este artista de Villafranca plasmó en tan sólo 15 días con sus gubias. Faltaba la cruz, pero el problema fue resuelto gracias a la intuición del párroco Serapio Corchado que había visto almacenados en un solar bastantes postes de madera de la Guinea que estaban siendo sustituidos por otros apoyos metálicos. Si el Cristo iba a colgar para siempre de un viejo poste de la luz, por donde habían pasado millones de kilovatios en 48 años, no había duda. Se llamaría el Cristo de la Luz, puesto que además la luz es un símbolo litúrgico adoptado por la Iglesia para enseñar que Cristo es la Luz en medio de tantas tinieblas como existen a veces en la vida de los hombres. Incluso bendice la luz en la noche oscura de la Vigilia Pascual que precisamente se vuelve triunfante y luminosa gracias a la presencia de Cristo y la simboliza en el cirio pascual.

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